jueves, 13 de marzo de 2008

Alfil

Este periódico digital surgió para hacer posible una cultura de informar con criterio libre y espontaneo, para decir lo que no es posible decir en esta sociedad nuestra tan comprometida con el silencio obligado.

Se llama Alfil la pieza del juego estratégico ajedrez. El Alfil es digamos “el consejero del rey”, pero también Alfil es un oficial del ejército o un funcionario medio, por eso en algunas lenguas se llama el obispo. Originariamente era un elefante (cosa que hace pensar que Aníbal no debió ser el único que dio un uso militar a este proboscidio); de hecho el nombre castellano proviene del árabe "al fil", "el elefante" (marfil significa hueso de elefante). La pieza es una figura que representa una persona estilizada, de estatura media, normalmente con mitra o yelmo. Traza su trayectoria sobre la diagonal del tablero y es interesante, porque siendo del bando blanco o negro, es el que más radio de acción posee en el espacio táctico del tablero configurado de 64 escaques o casillas -ocupando 32 de estas- en la que se libra una batalla bélica comprometida por reglas claras de un juego en el que alguien vence sin herir a su adversario y en donde prevalece la generosidad que no permite burlarnos de alguien a quien hemos derrotado. Es lo que ha de ser algún buen día la democracia un juego de caballeros. A propósito de significados en francés se llama “Fou” que es un bufón o loco, esto dice mucho de su naturaleza versátil, digamos a menudo discontinua, como la naturaleza de lo cierto que difícilmente se estaciona en lo absoluto.

Este periódico quizá debió tener un nombre diferente, lo más aproximado a algo más profundamente sencillo, alguien dijo Cayuco, por qué no si también navega sobre superficies parecidas a las del oficio de escribir noticias que es semejante a la incertidumbre en un pais que no está acostumbrado a la verdad porque lo subyugan, atormetan y socavan egoismos ancestrales.

Bienvenidos los que sientan el anhelo por escribir de verdad.

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