viernes, 14 de marzo de 2008

CGN en un jaque perpetuo -Iván I. Choto-





La CGN ha perdido su espacio de credibilidad entre las comunidades con las que se comprometió a una solución a la problemática de tierras, es latente entre la gente Qéqchí’ el sentimiento de que han gastado esfuerzo, voluntad y confianza en una Compañía que no responde.
Esta falta de credibilidad se basa en algunos aspectos que permanecieron a lo largo del proceso de negociación. Digamos por ejemplo, La Compañía, nunca ha demostrado que es dueña real de las tierras de las que desalojó a los pobladores, el proceso de negociación es improvisado, no ha existido una metodología de negociación, la CGN en ese sentido no ha aceptado la participación de un facilitador técnico especializado en resolución de conflictos agrarios
Algo que es grave en todo este desacierto tiene relación con los acuerdos sobre: Identidad y derecho de los pueblos indígenas, y sobre aspectos socioeconómicos y situación agraria que no se han respetado por nadie ni son reconocidos por la CGN, esto es determinante sobre la posibilidad de una solución real al problema de tierras entre las comunidades y la compañía. ¿Quien se atreve a negar que imperen condiciones profundamente estructurales? Estas –condiciones- no permiten un cambio en la situación de tierras, ciertamente el panorama es pesimista tan solo con esta condición estructural que restringe la voluntad para una negociación honesta.
La falta de credibilidad que padece la CGN no solo es en relación a la temática de tierras, se relaciona con su sistema de comunicación y divulgación, este no muestra un interés genuino por parte de la compañía en aspectos sociales, económicos, y culturales que demuestre la inclusión de la comunidad q’eqchi’ dentro de los planes de beneficio y desarrollo para la población, si existe no ha sido eficaz, desde que la Compañía inicio su plan de divulgación de los EIA. Esto es porque No se aplicaron criterios adecuados de divulgación para que las personas conocieran el Proyecto y luego pudieran decidir sobre sus preocupaciones en los temas tales como: el ambiente natural, impactos en la salud pública, salud ocupacional y seguridad, economía, trabajo y recursos humanos, servicios públicos y aspectos culturales y sociales. En ese sentido, se carece de sensibilidad hacia las deficiencias en el nivel educativo, la salud, la economía, de acuerdo a los índices de desarrollo humano. De esta cuenta se mantiene como al inicio del año 2005 entre las personas que viven en comunidades vecinas a terrenos de CGN, el temor que les quiten sus tierras, principalmente donde todavía no poseen propiedades registradas legalmente.
Coinciden también en esta situación débil, aspectos metodológicos. No existe una metodología aplicada al proceso de negociación en la Mesa de Dialogo, Se ignoró la propuesta de las comunidades de introducir un facilitador técnico experto en la resolución de conflictos agrarios, después fue propuesto directamente por Monseñor Peñate y tampoco se tomo en cuenta. Deben reconocerlo, fue un error estratégico excluir a la Secretaria de Asuntos Agrarios (SAA) como acompañante en el proceso de negociación en la Mesa de Dialogo.
En cuanto al programa social y desarrollo sostenible, uno de los compromisos propuestos por la compañía en las negociaciones fue: “Se impulsarán proyectos de desarrollo sostenible y se dispondrá de recursos para lograr los beneficios sociales para la población que los necesita y los solicite de manera adecuada y de forma legal”. Las comunidades no conocen o al menos no les ha sido presentado en las rondas de negociación un programa o planificación de objetivos sociales. Constantemente la CGN se ha justificado diciendo que su actividad es minería, en ese sentido, a través de que instituciones u organismos cooperantes podrá delegar su función social, de paso que la Fundación Rax-che’, no ha sido efectiva ni está involucrada sensiblemente en la problemática social de las comunidades.
Es imperativo aun atender los aspectos que se señalan, principalmente los relacionados a metodologías en el proceso de negociación, no ignorar la propuesta de introducir un facilitador técnico experto en conflictos agrarios, son importantes los reajustes en las políticas de comunicación y divulgación, se debe trabajar con honestidad en un plan real o programa social y de desarrollo Sostenible, a través de alianzas estratégicas con instituciones u organismos sensibles a la problemática social de las comunidades Q’eqchi’s.
Háganlo o admitan su impotencia, pero ya no engañen ni jueguen con la necesidad y esperanza de las comunidades q’eqchi’s. Reediten su credibilidad y rompan el círculo constante de equivocaciones y engaños hacia las comunidades. Lo se con certeza, el informe ejecutivo de información pública, por ejemplo, no refleja una real participación de las comunidades en la decisión sobre sus intereses porque en la aparente opinión de los stakeholders, se convocó a los “afines” al proyecto, nunca se hizo una convocatoria a stakeholders de oposición formal o de peso. ¿Quién se atreve a demostrarme lo contrario?
Pero nos damos cuenta que cada vez será más lejana la posibilidad de lograr un reajuste en las maltrechas relaciones con las comunidades Q’eqchi’s, sí continúan vigentes las figuras nefastas de Roberto Cristóbal Dala Sierra y Mynor Ronaldo Padilla González, dos “sínicos de antología” que paradójicamente se quedan mientras son lamentables, en algún modo, los retiros abruptos en menos de un mes de dos altos funcionarios de Skye Resources me refiero a Bill Enrico y Ian Austin, este último ha dejado de ser el presidente CEO de Skye Resources desde el 29 de febrero pasado.
Desde su puesto de gerente de planta a su reciente “ascenso” a gerente de Relaciones Comunitarias, Roberto Dala continuará maquinando sus más tenebrosas tretas para adormecer el “sentido común” de los funcionarios de Skye, ayudado por la incondicional lambisconería de Mynor Padilla, su obediente perro faldero que recientemente ha exigido a la asistente de recursos humanos que le entregue un listado completo de los expedientes del personal de la Compañía.
Nos preguntamos, ¿Por qué motivos, está exigiendo seguridad que se le entregue una base de datos con información de todo el personal de la compañía? ¿Cómo es que se justificará esta señal de “control civil” ante el cuestionamiento de los responsables de derechos humanos que investiguen estos abusos contra las libertades individuales de los trabajadores? ¿Cuál será la salida con la que se pretenda decir que no están en una nueva estrategia de inteligencia militar contra los trabajadores? ¿En que son afines esas acciones con los “principios voluntarios de seguridad y Derechos humanos” que regulan las actuaciones de las compañías mineras para prevenir abusos que violen los derechos de las personas?
¿Quién será el próximo “sacrificio” en esta vorágine de “malas jugadas” que parecen ser del agrado de los de Skye que se quedan?
Esperemos la siguiente jugada que los mantendrá impunes ante sus jefes en Canadá, pero malditamente en jaque perpetuo con las comunidades Q’eqchi’s. Recordemos que Dios tarda pero nunca olvida.

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